Trabajamos exclusivamente con cerdo ibérico denominación de origen Guijuelo (Salamanca). Magníficos ejemplares de raza ibérica que exhiben nobleza, fuerza, firmeza y valor. Animales criados en libertad, alimentándose de pasto y bellota (sistema conocido como «montanera»).
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La montanera es la última fase de la cría del cerdo ibérico. Este sistema consiste en dejar al cerdo pastar en la dehesa, donde se produce el engorde tradicional entre bosques de alcornoques y encinas, siendo su fruto, la bellota, el alimento fundamental antes del sacrificio.
La fase de montanera va desde finales de octubre hasta marzo, coincidiendo con el periodo de maduración de la bellota. Esta es la razón por la que la verdadera carne de cerdo ibérico, salvo en fechas determinadas, sólo podrás encontrarla congelada. Los animales entran en esta etapa con unos 90 kilos de peso y pueden llegar a terminar la misma con 170 kilos en años de buena cosecha de bellotas. En la montanera, el cerdo ibérico vive en libertad y permanece en movimiento, lo cual influye en la calidad de su carne. De hecho, durante la montanera cada cerdo requiere aproximadamente de más de una hectárea de dehesa. En esta fase fundamental, la bellota, por su elevado contenido en hidratos de carbono, aporta energía al animal, y se transformará en la famosa grasa infiltrada. Además, las hierbas del campo añaden el peculiar aroma que distingue a los productos ibéricos.
Genética, alimentación, movimiento y tiempo, obran el milagro de sus características y sabrosas infiltraciones de grasa en los paquetes musculares.
El resultado: jamones, paletas y embutidos ibéricos ricos en ácido oleico. Piezas selectas dotadas de gran ternura, sabor y untuosidad.
Y tras el jamón, las carnes de ibérico con toda la esencia de Guijuelo; Carrillera, presa, pluma, secreto, solomillo y lágrima ibérica son piezas plenas de sabor, muy apreciadas por hosteleros y gourmets. A su paso por los fogones, sus peculiaridades y matices se acentúan, las grasas se funden y las partes magras alcanzan una textura más tierna. Son productos frescos de intenso aroma a ibérico y con toda la esencia de Guijuelo. Para preservar intacta toda su singularidad, los comercializamos envasados al vacío y congelados, garantizando así su perfecta conservación.
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